Se usa para clamar y mitigar los problemas emocionales. Es una piedra de paz, alegría y felicidad, especialmente en las relaciones personales. Atrae poderosamente las situaciones románticas, no obstante carece de poder para atar con solidez las situaciones que propicia. La aguamarina intercambiada dentro de la pareja ayuda a suavizar la comunicación y es un regalo mágico muy apropiado para que un novio se la ofrezca a su novia el día de su boda. Depura los grandes odios y dolores e impulsa las grandes proezas y empresas, porque de la misma forma que desbloquea los nódulos entumecidos por la frustración y la pena, fortalece y vivifica todo el ser, proyectándolo a su mejor manifestación.
Como amuleto se usa para asegurar buena salud, detener el miedo, fortalecer el coraje que se oculta detrás de él y para que la mente esté alerta.
El Aguamarina es eficaz contra las quemaduras, llagas, ulceras, golondrinos y todo tipo de heridas supurantes. También alivia jaquecas y cefalalgias y calma los espasmos, convulsiones y calambres de origen nervioso. En la cara emocional, brinda protección y apoyo al viajero nostálgico, ya que es la piedra sedante y armonizadora por excelencia.
Facilita el dialogo entre personas distanciadas entre sí y promueve la reconciliación de aquellas personas afectadas por una discusión o rencilla familiar. Para aquellas personas a punto de tomar una decisión o enfrentar un hecho conflictivo, como ir a un juicio o hacer un examen, les ira muy bien combinar la aguamarina con el ágata rosa.
Afinidad con los signos del zodiaco: Piscis y libra.