Es considerada la piedra del amor (piedra del amor sagrado en el antiguo Egipto). Sana heridas sentimentales, aplaca dolores por pérdidas o lejanía de seres amados, fortalece el vórtice energético cardíaco, (chakra del corazón). Previene trastornos cardiacos renales. Promueve el amor incondicional hacia nosotros mismos y hacia otros. Corrige desbalances sexuales y emocionales. Ayuda a sanar relaciones difíciles entre parejas.
Elimina tensiones y equilibra problemas de neurosis. Estimula la creatividad y la intuición. Ejerce un efecto sedante en quien la usa y su frecuencia calmante tiene gran poder cuando se lleva encima sobre el centro cardíaco.
Entre sus propiedades mágicas se encuentran las de promover la paz, la felicidad y la fidelidad en las relaciones establecidas. Promueve la confianza y la armonía en las relaciones existentes, transmutando las energías negativas en energías amorosas.
Es una piedra ideal para desarrollar la empatía y la sensibilidad, estemos preparados para los cambios necesarios y potenciemos nuestras afirmaciones positivas.
El cuarzo rosa extrae suavemente la energía negativa y la reemplaza por vibraciones amorosas.
El meditar con una de ellas nos hace mas receptivos a la belleza y a la armonía inherente a la naturaleza. Estimula nuestra inspiración creativa y nos alerta a la belleza en todas sus manifestaciones. Calma nuestras emociones y nos ayuda a encontrar la paz y la armonía interna.
Nos ayuda a sanar los conflictos basados en experiencias negativas de nuestra niñez y a sentirnos amados.
El cuarzo rosa fortalece el corazón físico y el sistema circulatorio y libera las impurezas de los fluidos corporales. Situado sobre la glándula timo, alivia los problemas de pecho y pulmones. Sana los riñones y las glándulas adrenales, y mejora el vértigo. Se dice que este cuarzo potencia la fertilidad, alivia las quemaduras y rozaduras. Ayuda a enfermos de Alzheimer, Parkinson y demencia senil.