Esta relacionada con la Luna, es por ello por lo quien medita con una perla blanca se eleva espiritualmente, armonizando el cuerpo espiritual con el etéreo y con el emocional, alcanzando sorprendentes niveles de equilibrio. La perla tiene la propiedad de absorber negatividades propias y ajenas, permitiéndonos conectar con planos superiores de la realidad, que usualmente no podrían alcanzarse sin ella. Durante las sesiones prolongadas, invita a desarrollar métodos cada vez mas perfeccionados de dominar las emociones violentas, siempre de una forma serena, eliminando sin alteraciones emocionales los esquemas emocionales anacrónicos, reprimidos o bloqueantes.
Físicamente, ayuda principalmente en los problemas menstruales, como la dismenorrea, amenorrea y hormonal de la mujer. Sin embargo también ayuda al hombre a manejar el aspecto femenino de su naturaleza, con frecuencia negado por su componente masculino. Cuando el hombre vive la experiencia de meditar con una perla blanca, su esencia entra a formar parte de su naturaleza, neutralizando el miedo a sentir y, permitiéndole manifestarse a sí mismo, y a los demás todas sus emociones, afectos y temores ocultos.