Es conocida también como la piedra de Isis, en Egipto. La piedra de los antiguos alquimistas. La piedra de Venus, la diosa del amor. Los hindúes aseguran que ayuda a quemar el Karma o el fruto de acciones negativas del ser humano. Tradicionalmente se le ha considerado un símbolo del poder y la realeza, desde la época de los egipcios, que lo han utilizado en abundancia, ya que se pensaba que era la gema de los dioses.
Para las personas de todo el mundo, lapislázuli se considera una piedra de la verdad y la amistad. La piedra azul tiene fama de promover la armonía en las relaciones.
El enfoque más seguro es usar la piedra en contacto con la piel en la parte problemática del cuerpo. Se dice que es de ayuda para los dolores de cabeza, dolor de garganta y venas varicosas. El lapislázuli puede ayudarnos a clarificar nuestros pensamientos cuando nos sentimos rodeados del caos. De esta manera puede guiarnos en la toma de decisiones o simplemente en la organización de ideas o planes. Su energía también influye sobre el embotamiento mental ayudándonos a despejarlo. Nos ayuda a tomar consciencia de nuestros verdaderos problemas y nos da pistas para saber cómo solucionarlos.
Al margen también puede ayudarnos a expresarnos correctamente y a armonizar nuestros pensamientos con nuestra palabra. Esto es especialmente útil en aquellas personas que por su timidez no son capaces de hablar como quisieran.
Es una piedra curativa y calmante. Con sólo tocar el cuerpo mejora la condición física, espiritual, psíquica y emocional. Es una piedra espiritual, que refleja vibraciones pacíficas. Estimula la espiritualidad y la bondad de quien lo lleva. Se usa en rituales para atraer el amor espiritual. Es considerado como un poderoso amuleto de fidelidad y se usa para fortalecer vínculos entre amantes.
Meditar con ella a diario nos ayuda a aumentar la conciencia psíquica, estimulando las cualidades mentales superiores.